
Cada vez más expertos advierten sobre la creciente influencia de la industria del juego en el fútbol, calificándola de “preocupante”. En los últimos años, los acuerdos de patrocinio y la publicidad de casas de apuestas se han vuelto omnipresentes en las camisetas, estadios y transmisiones deportivas, lo que ha generado un debate sobre el impacto de esta relación en los aficionados y jugadores.
Uno de los principales problemas señalados es la normalización de las apuestas en el deporte, especialmente entre los jóvenes. Con la facilidad de acceso a plataformas de apuestas en línea y la constante promoción durante los partidos, el riesgo de desarrollar hábitos de juego problemáticos ha aumentado.
Algunos países han comenzado a tomar medidas para reducir la presencia de las apuestas en el fútbol, prohibiendo la publicidad en camisetas o restringiendo los anuncios durante los partidos. Sin embargo, la industria del juego sigue siendo una fuente importante de ingresos para los clubes, lo que hace que el tema sea aún más complejo.
Los expertos insisten en la necesidad de una regulación más estricta para proteger a los aficionados y garantizar que el fútbol siga siendo un deporte, y no solo una plataforma de promoción para la industria del juego.